Y explicaba que, además, no se están depurando responsabilidades.
De éso quiero hablar. De la impunidad. De la sensación de impunidad que existe en España, más concretamente. Aquí parece que el más listo de la clase es el que consigue engañar a los demás y aumentar su propio beneficio. A costa de lo que sea. Corrupción inmobiliaria, corrupción política, prevaricación, evasión de impuestos, caja B, enchufismo, ... ¿Quién no conoce algún caso "cercano"?
Pues a mí me enciende que el que es un delincuente y un "chorizo" sea el triunfador, el que se sale con la suya (y con la del vecino). Porque esa cultura del pelotazo, del mangoneo, nos lleva a perder de vista el valor del esfuerzo, del trabajo bien hecho, de la honradez, ... Nos olvidamos de que para obtener algo hay que trabajar. Y trabajar bien. Y esforzarse. Y sacrificarse.
Y ésto cala en la sociedad, y en la juventud (además de un sistema educativo que es para echarle de comer aparte y del que ya hablaremos otro día). Y surgen los ni-ni. Y los que aspiran a ser "famosos" y ganarse la vida aireando miserias propias y ajenas en cualquier plató de tv.
Justicia. Ley. Y que se cumpla la Ley. Basta con hacer que se cumplan las leyes. Y así se transmitiría la imagen de que el que la hace la paga. Y para éso: más jueces, más juzgados, más medios (humanos y materiales) para esos juzgados, más policías, ... Y más cárceles para poder encerrar a todos los "chorizos" y quitarlos de la circulación.
Una de las finalidades del carnet por puntos es sacar de las carreteras a los malos conductores que cometen infracciones, no respetan las leyes y, por tanto, ponen en peligro al resto de usuarios. Me parece una buena idea. Y es lo mismo que propongo pero en la sociedad en general: saquemos de la sociedad a todos aquellos que incumplen las leyes, a los delincuentes. Y los metemos en la cárcel. Y fuera nos quedamos los que sí estamos dispuestos a respetar las reglas del juego. Y juguemos todos sin que nadie haga trampas.
Además, de esa forma se crearía empleo (personal de prisiones y juzgados y servicios adjuntos). Se podría impulsar un poco el sector de la construcción con las obras necesarias para construir esos complejos penitenciarios y esos juzgados. Y, sobretodo, se conseguiría que el resto de la sociedad pudiese vivir mejor y fuese más productiva. El mérito se alcanzaría con trabajo y esfuerzo y superación y no con peloteo, amiguismo o favoritismo.
Puede parecer una utopía. Pero podría hacerse. Basta con tener voluntad de cambiar las cosas. El problema está en si querrán, nuestros políticos, acometer esta reforma judicial y penitenciaria. ¿Querrán? Creo que no.
Pues yo sí quiero. ¿Y tú?
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