METANOSIS [2. CLARA]

"... la matriz de la base estará formada por n vectores linealmente independientes de tal manera que cualquier otro vector perteneciente al espacio de dimensión n considerado se podrá obtener como combinación lineal de los vectores que conformen la base ..."

- Perdona, ¿qué ha dicho al final? -susurró Clara.

- "Combinación lineal de los vectores que conformen la base" -contestó el chico.

- ¡Gracias! -dijo ella esbozando apenas una sonrisa.

Estaban sentados juntos pero no se conocían de nada. Eran dos alumnos más de primer curso de ingeniería de caminos, canales y puertos. Dos perfectos desconocidos que habían conseguido sitio a la altura de la fila catorce y escorados en un lateral. Desde ahí poco más se podía hacer que intentar seguir la clase taquigrafiando los apuntes  a toda velocidad.

Ese primer cuatrimestre estaba siendo duro. A la dificultad de los estudios en sí había que añadirle el no conocer a nadie y tener que hacer nuevas amistades. Pero a la vez, también estaba la ilusión por ir conociendo más e ir aprendiendo sobre una disciplina que siempre había querido estudiar.

Además, la vida universitaria tenía muchas ventajas y muchos alicientes que ayudaban a superar los malos ratos que pudiesen presentarse.

Y no había que olvidar los yogurines que se veían por la escuela, por la biblioteca y por todo el campus. La verdad es que parecía que de unos años a esta parte el nivel medio del alumnado masculino había mejorado bastante. Ahora, los chicos se preocupaban más de su imagen y era algo de agradecer. Siempre quedaban algunos especímenes del tipo genio-más-o-menos-loco-con-graves-carencias-en-habilidades-socio-relacionales. Pero cada vez eran menos.

El chico de al lado, mismo. No era nada del otro mundo pero igual conociéndole un poco más ...

“Pero bueno, más me vale centrarme en la clase y dejarme de historietas”, pensó.

"... podéis consultarlos en los tablones del departamento y en la microweb de la asignatura. Empezaremos la semana próxima. Hasta mañana."

- Esto, ... perdona otra vez, ¿de qué estaba hablando? -preguntó Clara.

- Nada, de que ya están los horarios de las prácticas  -contestó el chico mientras recogía sus apuntes.

- Ah, vale, gracias.

- De nada. Oye, te dejo que tengo prisa. Ya nos veremos.

- Vale. Hasta luego.

- Adiós -dijo el chico.

Clara terminó de recoger sus cosas y salió del aula. Había quedado con su amiga  Ruth para tomar un cafelito en la cafetería y como iba bien de tiempo decidió asomarse por la delegación de alumnos a ver si podían informarle de las actividades que había en la escuela.

Al llegar, se la encontró cerrada a cal y canto. "¡Qué extraño!", pensó. Pero tampoco encontró a nadie a quién preguntar. Así que decidió que mejor ir a la cafetería y esperar a Ruth tranquilamente.